Posición de la EMS sobre la utilización del tablero espinal.

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Por su interés hemos traducido el Comunicado de la Asociación Nacional de Médicos de EMS (Emergency Medical Services) y Comité de Trauma del Colegio americano de Cirujanos, sobre las precauciones en el uso del tablero espinal largo.

RESUMEN

Esta es la posición oficial de la Asociación Nacional de Médicos de EMS (Emergency Medical Services) y Comité de Trauma del Colegio americano de Cirujanos, sobre las precauciones en el uso del tablero espinal largo (TEL).

Palabras Clave: columna vertebral. Tablero espinal, EMS, posición oficial, NAEMSP; ACS-COT.

Publicado en : PREHOSPITAL EMERGENCY CARE 2013;17:392–393

La Asociación Nacional de Médicos de EMS y Comité de Trauma del Colegio americano de Cirujanos creen que:

– El TEL es utilizado comúnmente por los servicios de emergencias médicas (EMS) para intentar proporcional una inmovilización espinal rígida. Sin embargo, sus beneficios están en gran parte sin probar.

– El TEL puede inducir dolor, agitación en el paciente y compromiso respiratorio. Además, puede disminuir la perfusión tisular en los puntos de presión, llevando al desarrollo de úlceras por presión.

– La utilización de TEL para la inmovilización espinal durante el transporte debe ser sopesado, de tal manera que los beneficios potenciales superen a los riesgos.

– Los pacientes apropiado para ser inmovilizados con un tablero espinal pueden incluir aquellos con:

  • – Traumatismos directos y alteración del nivel de consciencia.
  • – Dolor o sensibilidad espinal.
  • – Afección neurológica (p.e.: Entumecimiento o debilidad motora).
  • – Deformidad anatómica de la espina dorsal.
  • – Lesiones por mecanismo de alta energía y cualquiera de los siguientes:
  • – Intoxicación por alcohol o drogas.
  • – Incapacidad para comunicarse.
  • – Lesiones distractoras o dolorosas que enmascaran otras posibles lesiones.

– Los pacientes cuya inmovilización con un TEL no es necesaria, incluyen los siguientes:

  • – Nivel de consciencia normal (Escala de Coma de Glasgow (GCS) 15)
  • – Sin sensibilidad espinal ni anormalidad anatómica.
  • – Sin lesiones distractoras.
  • – Sin intoxicación.

– Los pacientes con heridas penetrantes en la cabeza, cuello o torso, sin evidencia de lesión espinal, no deben ser inmovilizados con un TEL:

– Se puede mantener la precaución frente a posibles lesiones espinales mediante al aplicación de un collarín cervical rígido y asegurando firmemente al paciente en la Camilla del EMS, y pueden ser más apropiados para:

  • – Pacientes que en el suceso se clasifican como ambulatorios.
  • – Pacientes que deben ser transportado por un tiempo prolongado, sobre todo antes de la transferencia entre unidades.
  • – Pacientes para los que un TEL no está indicado.

– Independientemente de si se utiliza o no un tablero, la atención a las debidas precauciones respecto a la columna vertebral entre los pacientes en riesgo es de suma importancia. Incluyen la aplicación de un collarín cervical, la fijación adecuada en la camilla, minimizar los movimientos y traslados, y el mantenimiento de la estabilización en línea durante cualquier movimiento o traslado que sean necesarios.

– La educación del personal de campo de EMS debe incluir la evaluación del riesgo de lesión medular en el contexto de las opciones para proporcionar las precauciones necesarias en caso de lesión espinal.

– En los protocolos o planes para promover un uso prudente de los tableros largos durante la atención prehospitalaria deben participar el mayor número posible de partes implicadas en el sistema de trauma y EMS.

– Los pacientes deben ser retirados del TEL tan pronto como sea posible en un servicio de urgencias.

Aprobado por el Comité de Directores de la National Association of EMS Physicians Board of Directors el 17 de Diciembre de 2012.

Aprobado por el American College of Surgeons Committee on Trauma el 30 de Octubre de 2012.

Recibido el 15 de Enero de 2013. Aceptado para publicación el 15 de Enero de 2013

Doi: 10.3109/10903127.2013.773115

Ver el Texto Original en Pfd

POSITION STATEMENT:

EMS SPINAL PRECAUTIONS AND THE USE OF THE LONG BACKBOARD

National Association of EMS Physicians and American College of Surgeons Committee on Trauma

ABSTRACT

This is the official position of the National Association of EMS Physicians and the American College of Surgeons Committee on Trauma regarding emergency medical services spinal precautions and the use of the long backboard.

Key words: spine; backboard; EMS; position statement; NAEMSP; ACS-COT.

PREHOSPITAL EMERGENCY CARE 2013;17:392–393

The National Association of EMS Physicians and the American College of Surgeons Committee on Trauma believe that:

– Long backboards are commonly used to attempt to provide rigid spinal immobilization among emergency medical services (EMS) trauma patients. However, the benefit of long backboards is largely unproven.

– The long backboard can induce pain, patient agitation, and respiratory compromise. Further, the backboard can decrease tissue perfusion at pressure points, leading to the development of pressure ulcers.

– Utilization of backboards for spinal immobilization during transport should be judicious, so that the potential benefits outweigh the risks.

– Appropriate patients to be immobilized with a backboard may include those with:

  • – Blunt trauma and altered level of
  • – Spinal pain or tenderness
  • – Neurologic complaint (e.g., numbness or motor weakness)
  • – Anatomic deformity of the spine
  • – High-energy mechanism of injury and any of the following:
  • – Drug or alcohol intoxication
  • – Inability to communicate
  • – Distracting injury

– Patients for whom immobilization on a backboard is not necessary include those with all of the following:

  • – Normal level of consciousness (Glasgow Coma Score [GCS] 15)
  • – No spine tenderness or anatomic abnormality
  • – No neurologic findings or complaints
  • – No distracting injury
  • – No intoxication

– Patients with penetrating trauma to the head, neck, or torso and no evidence of spinal injury should not be immobilized on a backboard.

– Spinal precautions can be maintained by application of a rigid cervical collar and securing the patient firmly to the EMS stretcher, and may be most appropriate for:

– Patients who are found to be ambulatory at the scene

– Patients who must be transported for a protracted time, particularly prior to interfacility transfer

– Patients for whom a backboard is not otherwise indicated

– Whether or not a backboard is used, attention to spinal precautions among at-risk patients is paramount. These include application of a cervical collar, adequate security to a stretcher, minimal movement/transfers, and maintenance of inline stabilization during any necessary movement/transfers.

– Education of field EMS personnel should include evaluation of the risk of spinal injury in the context of options to provide spinal precautions.

– Protocols or plans to promote judicious use of long backboards during prehospital care should engage as many stakeholders in the trauma/EMS system as possible.

– Patients should be removed from backboards as soon as practical in an emergency department.

Approved by the National Association of EMS Physicians Board of Directors December 17, 2012.

Approved by the American College of Surgeons Committee on Trauma October 30, 2012. Received January 15, 2013; accepted for publication January 15, 2013.

Doi: 10.3109/10903127.2013.773115

Una «vacuna» contra el ahogamiento. A «vaccine» against drowning. Jane Labous

JaneLabous

Los Socorristas y las clases de natación pueden mantener a flote a los niños africanos.

Cuando escuché hablar sobre los ocho niños africanos ahogados en una playa de los suburbios de Dakar el pasado Agosto, no me sorprendió. Era sólo la última en una larga lista de ahogamientos que ocurren por toda esa costa salvaje y sin control; otra historia pequeña y triste en la sección de noticias cortas de L’Observateur. Los niños, de entre ocho y nueve años, estaban jugando en la rompiente de las olas, cuando la fuerte resaca les arrastró. Ninguno sabía nadar. Cuando el servicio de emergencias llegó, era demasiado tarde. De haber existido un servicio de Socorrismo, probablemente hubieran sobrevivido.

En Octubre de 2011, trabajando como periodista en Dakar, la capital de Senegal en el oeste de África, documenté una historia sobre un grupo de Socorristas en Yoff, una de las escasas playas que tiene este servicio en esta ciudad acunada por el mar. Los Socorristas (en francés: maîtres nageurs sauveteurs, “maestros nadadores salvadores”), muchos de ellos voluntarios o reclutados de los bomberos, me contaron el abrumador problema que supone el ahogamiento en toda la costa en esa parte de la costa occidental de África y las múltiples desgracias que ocurren cada año por el fuerte oleaje y las corrientes traicioneras y los esfuerzos de su pequeño servicio está haciendo para abordar el problema en sus playas.

De regreso en el Reino Unido, una conversación informal con la RNLI (Real Institución Nacional de Embarcaciones de Rescate) continuó como una iniciativa extraordinaria. Los dos supervisores de los Socorristas de Yoff fueron invitados a acudir a un curso de la RNLI preparado específicamente para ellos, llamado “Futuros Líderes en Socorrismo” (www.rnli.org/international) en la central de la organización en Poole en Agosto de 2012, junto con más delegados de equipos de Socorrismo de varios países en desarrollo. Allí aprendieron como gestionar y desarrollar su propia organización. Después, en Diciembre, dos profesores de la RNLI viajaron a Dakar para entrenar a todos los Socorristas de Yoff y a algunos de la playa cercana de Ngor.

El programa fue un rotundo éxito. Los Socorristas, todos ellos dedicados, apasionados y con talento, asimilaron rápidamente las técnicas de la RNLI y afinaron sus habilidades para identificar las causas de ahogamiento, el rol del Socorrista y el equipo necesario para organizar su trabajo. Desde ambos lados se hicieron peticiones para continuar con este programa y así, la segunda edición tendrá lugar en el próximo mes de Julio.

Tuve la gran suerte de estar en Senegal durante las dos semanas de formación en Diciembre y, mientras trabajaba, escuchar mucho sobre el problema del ahogamiento. Particularmente desgarradora fue una entrevista con el abatido Batir Sow, de 47 años, cuyo hijo de 4 años murió ahogado el pasado verano en una zona de playa no vigilada en Sakar. El pequeño Mohammed disfrutaba en el agua, pero como muchos niños y adultos en Dakar, no sabía nadar. Corrió a la playa y nunca regresó. “Al día siguiente -contó Batir- el jefe de policía me dijo que habían encontrado un cuerpo en Layenne Yoff, y supe que era mi hijo”.

La escuela en Senegal no es obligatoria y mucho menos las clases de natación. Los pocos Socorristas que hay son voluntariosos (puede vérselos a menudo dando clases improvisadas de natación a los niños), pero les falta tiempo, recursos, entrenamiento, apoyo de las administraciones, flotadores y acceso a piscinas dónde poder enseñar. Hay algunos monitores privados, pero no es necesario decir que los padres no pueden soportar gastar 10 libras al mes en enviar a sus hijos a clases privadas de natación.

Batir habla emocionadamente sobre el ahogamiento de su hijo, acentuando la necesidad de que los niños de Dakar aprendan a nadar. “Dakar es un lugar de pescadores –dice- y, francamente, el mar es todo lo que tenemos. Amamos el mar. Por ello tenemos que encontrar soluciones para las escuelas y como enseñar a nadar a nuestros niños. Cuando llega el verano y vas a la playa, puedes ver un escenario de locos. Hay más de 4000 personas en la playa y apenas 200 de ellos saben nadar. Es muy peligroso”.

“La gente está muriendo en las playas y en su mayoría son niños de 7 a 16 años, porque no saben nadar”, añade Ibrahima Fall, un Socorrista voluntario de Yoff. “La mayoría de los ahogamientos se producen en verano ya que hay vacaciones. Los niños no saben nadar y no están familiarizados con las corrientes o las olas, pero quieren desesperadamente estar en el agua. No ven el peligro”.

Este sentimiento se está haciendo eco a lo largo de toda la costa oeste africana, sobre todo en las capitales cada vez más pobladas de Freetown, Conakry, Monrovia, Abdijan, Accra y Douala. Una población floreciente que no sabe nadar, asociada a playas no vigiladas, golpeadas por el feroz Atlántico, la receta para un ahogamiento seguro. En África los lagos, ríos o estanques se usan a diario para agua de consumo, lavar y bañarse. Todas ellas son actividades de alto riesgo si las personas no saben nadar o sobrevivir en el agua y pueden ser particularmente peligrosas durante los periodos de meteorología extrema o inundaciones. A pesar de la extendida percepción de que África es un continente seco, los pueblos están a menudo en la proximidad de ríos, playas o lagos, que aportan la ventaja de la accesibilidad al suministro de agua. Desde el todavía azul mar de Zanzibar hasta las ciudades atlánticas del sur, pasando por los lagos y ríos del grandioso interior, el ahogamiento está arruinando el continente africano.

El trabajo hecho hasta ahora por la RNLI y otras organizaciones como la ISLA (International Surf Lifesaving Organization) que ha desarrollado “Drowning Tracker” (www.drowningtracker.com) (Seguimiento de ahogamientos, una herramienta excepcional destinada a ayudar a registrar los ahogamientos en todo el mundo), es un paso positivo para hacer frente a un problema que apenas si es reconocido en la agenda de desarrollo internacional. Y ello a pesar del hecho de que el ahogamiento es la primera causa de muerte y se cobra más de un millón de vidas por año. La mayoría son niños. En África muchos no se registran y hay una asombrosa falta de investigación sobre la escala de la epidemia que el ahogamiento supone en el continente. Lo que sí sabemos es que más del 97% de las muertes por ahogamiento ocurren en los países de renta baja y media, pero a pesar de su escala, es un problema pobremente reconocido, un desastre oculto.

Ahora que empiezan a establecerse servicios de Socorrismo en Dakar y por toda África, el siguiente paso de las campañas de prevención en el agua es desarrollar un sistema para enseñar a los niños a nadar. Recientes evidencias desde Asia han demostrado que proporcionar lecciones de seguridad acuática a los niños a partir de 5 años es una intervención eficaz y reduce de forma significativa el riesgo de ahogamiento en más del 85%. Como las actividades acuáticas en África son muy similares a las de Asia, podemos asumir que este efecto protector podría ser el mismo en el contexto africano. Y por supuesto, el concepto es asombrosamente simple: enseña a un niño y a nadar y lo sabrá de por vida y transmitirá esa habilidad a otros. Enseñar a nadar puede ser, en efecto, una “vacuna” contra el ahogamiento.

Por estas razones, la RNLI está trabajando en la actualidad con otros socios para desarrollar un manual de supervivencia acuática libre que pueda estar disponible para escuelas, monitores de natación y otras organizaciones locales en África como un recurso para ayudar a enseñar a nadar a los niños en los diferentes entornos. Tanto si se enseña a diez niños o a un millón, creo que este nuevo proyecto “Aquatic Survival” solo puede ayudar a hacer frente a un problema de desarrollo africano que hasta ahora ha sido largamente ignorado. Su mensaje: proporcionar a la población local las herramientas para implementar las medidas preventivas a través de las habilidades de natación, junto a las medidas curativas con servicios de Socorrismo efectivos, es una aproximación sostenible y potente. Y las voces que la apoyan sobre el terreno son innegables. Porque las palabras de Batir vuelven sobre mi: “ Este es un papel que, si yo fuera el presidente de Senegal, firmaría ahora mismo”, me dijo este padre destrozado. “Ayúdanos a nadar, y así podremos ayudar a otros, porque no quiero que nadie tenga que sentir nunca lo que yo sentí cuando mi hijo se ahogó”.

Publicado en The Huffington Post UK, agradecemos a Jane Labous su apoyo para que pudiéramos realizar la traducción e incluirla en esta sección con sus fotografías.
Jane Labous es una prestigiosa foto-periodista, ganadora de varios premios. Ha trabajado como corresponsal en África. Es delegada de prensa de la Oficina para los Derechos de los Niños de las Naciones Unidas.

A Vaccine Against Drowning.
Lifeguards and Swimming Lessons Can Keep Africa’s Children Afloat

When I heard about the eight little boys drowned off a beach suburb of Dakar last August, I wasn’t shocked. It was just the latest in a long line of drowning fatalities along this wild and unmanned coast, another small, sad news-in-brief story in L’Observateur. The boys, all aged eight and nine, had been playing on the shoreline when they were dragged out to sea by a strong rip current. None of them could swim. By the time the emergency services arrived, it was too late. Had there been a lifeguard service, the children would probably have survived.

In October 2011, while working as a journalist in Dakar, the capital of Senegal in West Africa, I researched a story about a group of lifeguards at Yoff, one of the only beaches in this ocean-cradled capital city to have such a service. The maîtres nageurs sauveteurs, many of them volunteers or drafted from the fire service, told me of the overwhelming drowning problem along the coast of this part of West Africa; of the multiple fatalities that occur every year in the pounding surf and treacherous currents and of the efforts their small service is doing to address the issue in their beach community.

Back in the United Kingdom, a conversation with the Royal National Lifeboat Institution (RNLI) progressed what might have remained as a random meeting into something extraordinary. The two supervisors of the Yoff lifeguard team were invited to attend a bespoke RNLI training course – called Future Leaders in Lifesaving (www.rnli.org/international ) – at the charity’s headquarters in Poole in August 2012, along with delegates of lifeguard teams from several other developing countries. They learnt how to manage and develop their own lifesaving organisation. Two RNLI trainers then travelled to Dakar in December to train all the lifeguards from Yoff and some from nearby beach, Ngor.

The scheme was a resounding success. The lifeguards, all of them dedicated, passionate and talented, quickly picked up the RNLI’s techniques and honed their existing skills in identifying causes of drowning, the role of a lifeguard and the equipment needed to run a lifesaving service. Pledges were made on both sides to continue the development of the service and the second Future Leaders in Lifesaving programme will take place at RNLI HQ in July.

I was lucky enough to be in Senegal during the two weeks training in December, and while researching the drowning issue, heard much about the problem. An interview with the very dignified Batir Sow, 47, whose four year-old son Mohammed drowned last summer off a stretch of unsurveilled beach in Dakar, was particularly harrowing. Little Mohammed loved the water, but like most children and adults in Dakar, could not swim. One afternoon, Mohammed trotted off to the beach and never returned. «The next day,» recounts Batir, «the police commander told me they’d found a body at Layenne Yoff, and I knew it was my son.»

School in Senegal is not mandatory; let alone swimming lessons. The few lifeguards that there are may be willing (they can often be found giving impromptu swimming lessons to kids), but they lack time, funds, training, state support, floats and access to swimming pools in which to teach. There are few private swimming teachers and needless to say, poor parents cannot afford to spend an extra £10 a month on sending their children to private swimming lessons.

Batir talks movingly about his son’s drowning, stressing the need in Dakar for children to learn to swim. «Dakar is a place of fishermen,» he says, «and the sea is, frankly, all we have. We love the sea. So we have to find solutions for schools and how to teach children to swim. When summer comes and you go to the beach, you see a crazy scene – there are over 4000 people at the beach, and among them only 200 people who can swim – it’s so dangerous.»

«People are dying on the beaches and it’s mainly children aged seven to 16 years old, because they can’t swim,» adds Ibrahima Fall, a volunteer lifeguard from Yoff. «The majority of drownings occur in summer as it’s the holidays. Children can’t swim and aren’t familiar with the currents or the waves, but they desperately want to be in the water. They see no danger.»

The sentiment is one echoed all the way down the West African coast, particularly in the increasingly populated capitals of Freetown, Conakry, Monrovia; Abidjan, Accra and Douala. A burgeoning population who cannot swim, coupled with un-lifeguarded beaches pounded by the great, fierce Atlantic is a certain recipe for drowning. Nor is the problem limited to the coasts. In Africa, lakes, ponds and rivers are used daily for drinking water or for washing dishes and bathing. These become high-risk activities if a person is unable to swim or survive in water, and can be particularly perilous during periods of extreme weather and flooding. Despite a common perception of Africa as a ‘dry continent’, villages are often built within close proximity of rivers, beaches or lakes to take advantage of an accessible water supply. From the still blue ocean off Zanzibar to the Atlantic cities of the west, via the lakes and rivers of the great interior, drowning is blighting the African continent.

The work done so far by the RNLI and other organisations such as the International Surf Lifesaving Association (ISLA), which has just launched a ‘drowning tracker’ tool (www.drowningtracker.com) designed to help people record worldwide drownings, is a positive step to address a problem that is barely recognised on the international development agenda. This despite the fact that globally, drowning is a leading cause of death and claims over one million lives per year. The majority are children. In Africa, most drownings go unrecorded and there is a startling lack of research into the scale of the drowning epidemic on the continent. What we do know is that over 97% of drowning deaths occur in low and middle income countries, but despite the scale of the problem, the problem is barely recognised – a hidden disaster.

Now that lifeguarding services are being established in Dakar and elsewhere in Africa, the next stage of the water safety campaign is to develop a system for teaching children to swim. Recent evidence from Asia has shown that giving aquatic survival lessons to children over five years is an effective intervention against fatal drowning, significantly reducing the risk by over 85%. As water-related activities in Africa are very similar to those in Asia, we can assume that the protective effect of survival against drowning would be the same in the African context. And of course, the concept is beautifully simple; teach a child to swim and he or she will swim for life, passing on the skill to others. Swimming becomes, in effect, a ‘vaccine’ against drowning.

For these reasons, the RNLI is now working with partners to develop an open-source aquatic survival ‘toolkit’ to make available to schools, swimming teachers and other local organisations in Africa, to provide a resource for teaching children to swim in a variety of different environments. Whether it teaches ten children or a million children to swim, I believe the new Aquatic Survival project can only help to address an African development issue that is, at the moment, largely ignored. Its message, to give local people the tools to implement the preventative measure of swimming skills alongside the curative measure of effective lifeguarding services, is a strong, sustainable approach. And the voice of support is undeniable on the ground.

For it is Batir’s words that always come echoing back to me. «This is something that, if I were the President of Senegal, I’d sign the paper today,» the heartbroken father told me. «Help us to swim, so that we can help others, because I don’t want anyone else to ever have to feel what I felt that day when my son drowned.»

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Jane Labous is an award-winning broadcaster and photo-journalist who has worked as a correspondent and on radio documentaries all over West Africa. She is also press officer for the children’s rights NGO Plan International.

First published in The Huffington Post UK, we thank Jane Labous their support so we could do the translation to include in this section with her photographs.

¿Estamos preocupados por la preparación de los Socorristas? – Are we worried about Lifeguards’ training?. Luis Miguel Pascual

Luis Miguel Pascual

Este artículo se publicó originalmente en «ESTELA«, el blog de opinión de AETSAS.

En las últimas décadas hemos sido testigos de enormes avances en numerosos ámbitos, desde los sociales a los tecnológicos y el Socorrismo no ha sido una excepción. Desde 1980, año en que me formé como Profesor de Salvamento Acuático, mi opinión es que el avance más importante se refiere a la propia formación, tanto respecto a lo que se enseña como a la manera en que la información se transmite.

Hemos asistido a una evolución que ha ido añadiendo complejidad y variedad de contenidos y técnicas. Afortunadamente, se ha ido cambiando lenta, pero sostenidamente, desde lo anecdótico, hacia los conocimientos basados en evidencias contrastadas, de tal manera que formarse como Socorrista se ha hecho progresivamente más difícil en la medida de esta complejidad y, más o menos paralelamente, por las exigencias de la demanda laboral. Estos dos factores han provocado un gran cambio en la manera en que hoy preparamos a los Socorristas para desempeñar su trabajo.

No hace falta explicar cómo está organizada la formación de los Socorristas en España, las diferencias entre los currículos formativos y, por supuesto, en la propia filosofía de las organizaciones respecto a cómo forman a sus alumnos. El primer paso, y el más evidente, es lograr que se establezcan unos estándares mínimos para la formación de los Socorristas Acuáticos que estén fundamentados en los requerimientos reales de la actividad que desarrollan y los cometidos y competencias que deben dominarse, tanto en la rutina diaria, como ante una intervención.

Uno de los avances más importantes, la introducción del material de rescate, nos puede servir como ejemplo para ilustrar esta dicotomía y también la evolución de nuestro sector. Frente a un rescate cuerpo a cuerpo, el salto cualitativo que supone la utilización del material, refleja muy gráficamente lo que la evolución de los conocimientos y técnicas a partir de evidencias objetivas aporta a la formación y el desempeño de los Socorristas. Cuando se domina su manejo y se emplea en un rescate, las mejoras abarcan desde las propias prestaciones del Socorrista, hasta el pronóstico de la víctima. A pesar de que es un material ampliamente conocido, recogido en las definiciones profesionales y que se utiliza rutinariamente en la formación de los Socorristas, dónde se enseña su manejo y recomienda su uso, su presencia en determinados ámbitos como las piscinas, sigue siendo testimonial, por no decir prácticamente nula y cuando a través de los reciclajes, testamos la competencia de los Socorristas en su manejo, los resultados son descorazonadores mucho más a menudo de lo deseable.

Por supuesto, en España existen marcos de referencia, como las definiciones profesionales del INCUAL o las legislaciones de las Comunidades de Madrid o Galicia, pero ¿son suficientes?. Como catálogo de competencias profesionales, es posible que recojan los aspectos más relevantes de los cometidos profesionales, pero ¿reflejan la realidad profesional?. ¿Podemos hacer algo para adecuarlos tanto a la realidad, como a los requisitos técnicos?.

Mejorar las acciones formativas que se implementan en las organizaciones basándolas en conocimientos y técnicas contrastadas es una estrategia imprescindible. Pero todavía hemos de descubrir dónde y cómo se producen otros agujeros en el tejido del Socorrismo Profesional por los que perdemos, a veces a chorros, el caudal que tan penosamente hemos ido acumulando.

En mi opinión, conseguir que las normas legales contemplen la formación inicial, pero también su permanencia en el tiempo con la adecuada calidad, o concienciar a empleadores y Socorristas de su responsabilidad en el mantenimiento de un servicio efectivo basado en la competencia profesional de todas las partes implicadas, es sólo la mitad del problema.

La otra mitad, en la que las organizaciones tenemos una responsabilidad y deber ineludibles, pasa por que hemos de lograr transmitir la información adecuada al público que acude a playas, piscinas e instalaciones acuáticas, para que adquiera un sentido crítico respeto de los servicios de Socorrismo y el desempeño de los propios Socorristas y sea capaz de ejercer una presión positiva hacia la excelencia de todo el sistema de formación, prevención e intervención. A medio plazo, la presión de la opinión pública ha demostrado ser el factor decisivo para conseguir que este tipo de cambios se pongan en marcha.

Y es en este punto en concreto dónde opino que las organizaciones que estamos sincera y seriamente preocupadas por la formación de los Socorristas debemos de centrar una parte sustancial de nuestros esfuerzos. Hoy en día, la presión para la mejora y mantenimiento de las competencias profesionales de los Socorristas existe únicamente desde las organizaciones (y no desde todas ni de igual manera), y a ésta deben sumarse, ineludiblemente, las exigencias normativas y la presión social y cultural. Sólo con esta estrategia combinada lograremos que la formación de los Socorristas no sea una preocupación.

Luis Miguel Pascual Gómez es Profesor de Salvamento Acuático desde 1980, co-fundador y Director Técnico-Docente de la Escuela Segoviana de Socorrismo . Ha intervenido como Formador en los Cursos de Profesor de Salvamento Acuático de AETSAS, entidad con la que la ESS colabora desde sus inicios. Es un experto en la docencia del Salvamento Acuático y en la prevención de ahogamientos, ponente en congresos nacionales e internacionales y ha participado como autor en las dos ediciones del “Handbook on Drowning”, el libro de referencia mundial en la materia.

 

¿Qué podemos hacer? – What can we do?. Shayne Baker.

Shayne Baker

A lo largo del mundo hay ejemplos de la aplicación de la más sofisticada tecnología para observar, alertar y proteger la vida de las personas dentro y cerca del agua. La desventaja de la tecnología es que no siempre puede ser utilizada en todas las circunstancias y su coste es prohibitivo en muchos países.

En Australia somos afortunados de tener miles de voluntarios -como yo mismo- que entregan su tiempo y energía a entrenar y supervisar la vasta línea costera de nuestro país, que es una isla. Aún así hay ahogados.

Nuestros periódicos, radios y televisiones difunden mensajes a la comunidad sobre los peligros de nuestras aguas; las autoridades públicas colocan letreros para advertir al público sobre corrientes peligrosas y resacas. Alentamos activamente a los niños y adultos de la necesidad de aprender a nadar. Sin embargo, todavía hay ahogados, y muy a menudo en lugares que tienen señales de advertencia.

Si estamos implementando todas estas estrategias y las personas continúan ahogándose, ¿Qué podemos hacer?. ¿Cuál es la solución educativa o qué intervención puede conseguir que la gente se detenga antes de entrar al agua y se asegure de que ha tomado todas las precauciones necesarias para asegurar su seguridad y la de su familia?.

Shayne Baker OAM

Asesor Nacional de Educación y Formación, Royal Life Saving Society of Australia. Fue distinguido en 2012 con la Orden de Australia (OAM) que reconoce a ciudadanos de Australia y a otras personas sus logros o por servicios meritorios

What can we do?.

Throughout the world there are examples of the most sophisticated technology being applied to monitor, alert and to support the lives of people in an around the water. The cost of the technology is not able to be replicated in all circumstances and is prohibitive in some countries.

In Australia we are fortunate to have thousands of volunteers, such as myself who give of their time and energy to train and to lifeguard on the vast coastline of our island nation. Still we have people drowning.

Our newspapers, radios and televisions broadcast community messages about the dangers of our waterways, government authorities positioning of signs to warn people about dangerous currents and rips. We actively encourage children and adults of the need to ‘learn to swim’. Yet people still drown, and quite often at locations that have warning signs.

If we are implementing these strategies and people are still drowning what do we do?

What is the educational solution or intervention that will make people STOP before they enter the water and make sure that they have taken the necessary precautions to ensure their safety and that of their family?

Shayne Baker OAM

National Education & Training Advisor, Royal Life Saving Society of Australia, awarded in 2012 with the Order of Australia (OAM) that recognise Australian citizens and other persons for achievement or for meritorious service

 

Cómo escapar de un coche en el agua.

En las últimas semanas, la actualiadad en España pasa por la lluvia. Y por las crecidas de los ríos, que inundan poblaciones, vados y carreteras, algo a lo que no estamos acostumbrados por estas latitudes. Enfrentarse a estas circunstancias supone lidiar con el agua, un elemento peligroso e imprevisible. Además, el riesgo de sufrir un accidente de circulación que implique una caída al agua no es despreciable en nuestro país, con miles de kilómetros de costas, ríos y embalses.

Cada año, se producen entre 1200 y 1500 incidentes y de 400 a 600 muertes sólo en los Estados Unidos relacionados con vehículos que se salen de la carretera y caen al agua. Por ello, se hace necesario estar preparado para este tipo de emergencias. Se ha demostrado que practicar los pasos necesarios para un auto-rescate cuando caemos al agua en un automóvil y tener una sencillas las herramientas de rescate o escape disponibles y listas para usar durante este tipo de situaciones pueden marcar la diferencia. Además, el personal de los servicios de emergencia necesita tener la preparación adecuada para responder ante ello y contar con el equipamiento necesario para una respuesta efectiva y segura ante un vehículo en el agua. Con tan solo 30 ó 40 centímetros de agua, nuestro coche puede verse arrastrado por la corriente si intentamos vadear un río o cruzar una zona inundada. La primera regla de seguridad es nunca intentar hacerlo.

Si la situación es que el coche cae al agua inesperadamente, tendremos entre 20 segundos y unos minutos antes de que al agua lo inunde por completo, dependiendo de varios factores, como por ejemplo, si los cristales se rompen. Como la fuerza del choque con el agua se incrementa con la velocidad, llevar puesto el cinturón de seguridad incrementa las probabilidades de supervivencia. Enseguida el vehículo se inclinará hacia la parte del motor. Esta posición, la presión del agua y los posibles daños causados por el choque pueden hacer difícil abrir las puertas para escapar. La vía más sencilla y a veces la única, será a través de las ventanillas.

La decisión de salir del vehículo debe ser inmediata. Hay que abrir las ventanillas (o romperlas con una sencilla herramienta que también incorpora un cortador para los cinturones de seguridad) y escapar del vehículo antes de que comience a hundirse sin la menor vacilación. Quedarse en un vehículo que se sumerge bajo la superficie de un agua turbia, cuya profundidad desconocemos es con toda probabilidad una muerte segura. Gerald M. Dworkin, un reconocido profesional de rescate acuático aconseja un único mensaje universal para educar a la población sobre cómo escapar de un vehículo sumergido, que consiste en los siguientes pasos:

1- Quitarse el cinturón de seguridad.

2 – Abrir o romper las ventanillas.

3 – Sacar a los niños primero

4 – Salir del coche y nadar hacia la orilla.

Si hay varios ocupantes, una vez que la vía de escape está abierta, el primer ocupante que sale del vehículo debe ayudar al resto y éstos formar una cadena para ayudarse entre sí a salir del vehículo frente a la corriente de agua que inunda el vehículo. La herramienta de escape debe estar colocada en un lugar visible y accesible para el conductor y el acompañante y, si es posible, debería haber otra adicional en la parte trasera, igualmente accesible. Si vive en zonas dónde el riesgo de caer al agua está presente, considere que este pequeño gasto puede salvarle la vida.

No hay duda de que la caída de un vehículo al agua es una experiencia traumática, especialmente durante los meses en que el agua fría añade un riesgo adicional. Aplicando los procedimientos de emergencia y escape, los ocupantes pueden rápidamente ponerse a salvo ellos mismos antes de que el vehículo se hunda.

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“VII Jornadas sobre Socorrismo y Soporte Vital Prehospitalario en el medio acuático.

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Las “Jornadas sobre Socorrismo y Soporte Vital Prehospitalario en el medio acuático” llevan celebrándose desde el año 2006. En esta 7ª edición se ofrecen novedades interesantes, tanto a nivel teórico como práctico, con el objetivo principal de asegurar la evolución y el futuro del socorrismo. Ponencias, prácticas, talleres, protocolos y experiencias seguirán desarrollándose mediante una etodología participativa y con aplicaciones prácticas directas.

Las Jornadas cuentan ya con el respaldo y colaboración de 17 entidades universitarias y 39 entidades públicas y privadas de 5 países diferentes, entre las que se encuentra la Escuela Segoviana de Socorrismo.

El Comité Organizador está formado por miembros del Grupo de Investigación en Actividades Acuáticas y Socorrismo y profesores del Departamento de Educación Física y Deportiva de la Universidad de A Coruña. Y el Comité Científico está formado por 32 doctores pertenecientes a 16 entidades universitarias y profesionales de 3 países.

Los contenidos programados para esta edición cuentan con ponentes y profesores de

gran un gran nivel académico y profesional. Las ponencias invitadas se relacionan con los ámbitos educativo y formativo, laboral, primeros auxilios y gestión.

Oleiros (A Coruña), 26, 27 y 28 de abril de 2013

Email: giaas.udc@gmail.com

Lugar: Facultad de Ciencias del Deporte y la Educación Física (Bastiagueiro – Oleiros). Playas de Oleiros

Organiza: Grupo de Investigación en Actividades Acuáticas y Socorrismo de la UDC

Departamento de Educación Física y Deportiva de la UDC.